La cerveza y las carnes
La cerveza puede ser una compañera magnífica de diferentes carnes, aunque no hay que olvidar que bajo ese término tan amplio, se engloban materias primas muy diferentes y a su vez muy diversos modos de preparación; lo que da lugar a productos tan dispares entre sí como por ejemplo, una pechuga de pollo, un salchichón de cerdo o unas chuletillas de cordero. Por tanto, a la hora de elegir qué cerveza va a convivir con nuestro tenedor, hay que fijarse tanto en el tipo de carne como en la salsa o especias con que la condimentaremos.
Como norma general, para un sazonamiento fuerte escogeremos cervezas oscuras y de mayor cuerpo. Eso a menos que nos enfrentemos a una salsa picante, en cuyo caso optaremos por una Lager o Lager Especial.
Cerveza para maridar carne a la parrilla
En caso de que estés pensando en una parrillada, debes procurar abastecerte de cervezas de buen cuerpo, ricas en malta y lo suficientemente amargas como para emparejarse con los sabores ahumados de las carnes asadas al carbón.
Entonces, si la comida es por ejemplo carne asada, la mejor combinación es la cerveza ahumada (Rauchbier) o cualquier cerveza de alta fermentación como Porter o Stout, cervezas algo amargas que complementan bien el sabor del asado.
Maridar embutidos y ahumados con cerveza

Recomendar la cerveza más adecuada a cada embutido es casi imposible porque también lo es cuantificar todas las especialidades, con sus diferentes sabores, texturas, sazones y sus respectivas variedades locales.
En este caso, la idea no es la de acompañar, sino la de compensar el sabor fuerte o la textura grasa y pesada de lo que estemos degustando. Para este tipo de comida conviene una cerveza, de nuevo, ligera y suave.
La cerveza consigue una concordancia armoniosa con las carnes, pescados y embutidos ahumados o marinados. Su sabor fuerte encuentra un contrapeso perfecto con las salchichas y otros platos que tengan participación del humo. Esto explica que no exista nada mejor que una cerveza para acompañar una hamburguesa cocinada al carbón.
Sí podemos generalizar diciendo que los embutidos cocidos y ahumados armonizan muy bien con aquellas cervezas que presenten cierto cuerpo. Los embutidos curados, como el jamón, el salchichón y el lomo presentan un maridaje no tan bueno.
Si hubiera un premio para el embutido más cervecero, se lo llevaría… ¡El chorizo!. En efecto; aunque hay quien insiste en tomar chorizo con vino tinto, este embutido se entendería mucho mejor con una cerveza ligera y suave que contrarrestara la agresión del pimentón y el ajo que le caracterizan.
Maridaje de cerveza con carnes rojas

Las carnes de vaca también pueden combinarse con cerveza. Por ejemplo, las carnes rojas hechas a la brasa van bien con las cervezas rubias, ligeras y suaves. El buey prefiere casarse con cervezas lager doradas o con algunas ale.
Supongamos que sea carne roja vacuna y que las hayamos cocinado a la brasa. Son comidas sabrosas, cuyo paladar debemos intentar no esconder. Para ello busquemos una acompañante discreta: ligeras y suaves como son, las cervezas lager irán muy bien con el buey y las ale acompañarán fabulosamente a la vaca. Los guisos enlazan con cervezas oscuras de mayor cuerpo.
En estos casos serán el resto de ingredientes los que decidan cómo va a ser la relación; si andan por medio especias como el curry, o la cebolla y la zanahoria predominan, el resultado no será bueno. Ah, pero si es un guiso dominado por la salsa de tomate (como la ternera con pisto o la carne con tomate) puede ser el principio de una hermosísima amistad.
Maridaje de cerveza con cordero

La carne de cordero, que acompañaremos, según esté cocinada, de uno u otro tipo de cerveza. Depende del modo de cocción, las especias y otros muchos factores que hacen que este animal ofrezca unos u otros sabores o texturas.
Para acompañar cordero, una cerveza inglesa amarga o una porter puede ser las mejores elecciones. Cuanto más pesadas y amargas sean estas bebidas, mucho mejor será el maridaje entre cerveza y la comida.
Podemos afirmar que la cerveza anda bien con preparaciones de cordero muy especiadas.
Esta carne posee ese gusto particular que tiende a destacar sobre el resto de los sabores. Las carnes de cordero de cierta edad pueden combinarse con cervezas lager aunque mejor va con una porter.
Maridaje de cerveza con carne de cerdo
Hay un tipo de cerveza que es el compañero perfecto de una u otra comida. De este modo, si vamos a comer un plato en el que la carne de cerdo es la protagonista, lo ideal es que bebamos con él una Lager o Pilsen, ligera y suaves, que acompañe la carne grasa. Las carnes rojas a las brazas y los mariscos van bien con cervezas rubias.
Se caracterizan por tener un alto contenido graso, de manera que cuando la comemos, deja en la boca una fina capa de grasa. Para “limpiarla” sin perder ningún aroma, nada mejor que una cerveza ligera y suave (no es casualidad que en el centro de Europa sean grandes comedores de carne de cerdo y grandes bebedores de cerveza, y todo ello a la vez).
La carne de cerdo de calidad es muy sutil y presenta muchos matices. La cerveza que le acompañe debe estar a su altura en cuanto a suavidad y tener un contenido moderado de alcohol: Estamos hablando de una cerveza clara tipo Lager o Pilsen.
Cerveza para maridar con comida picantes y especiadas
Si vas comer burritos o cualquier comida mexicana típica y picante, puedes optar por una cerveza mexicana del tipo gold lager, ya que es ideal para acompañar el intenso sabor de la comida mexicana. Asimismo, los expertos recomiendan la cerveza china para acompañar estas comidas.
La cerveza resulta ideal para suavizar las notas fuertes de sabor que aportan los platillos picantes o preparados con muchas especias. La cocina mexicana, japonesa o india van de la mano con esta bebida refrescante. Chorizos, quesos maduros y platillos que contienen mucho ajo son también recomendados para acompañar con esta bebida.
Contrarresta la acidez
Las ensaladas aliñadas con vinagre, los escabeches y los platillos en que abunda el tomate crudo o la mostaza son algunos de los mejores aliados de la cerveza. En este terreno donde el vino suele ser incompatible, encontramos una oportunidad para apreciar y deleitarnos con esta gama de sabores. El ceviche es un buen ejemplo de esta feliz combinación.
Maridaje de cerveza y pizza
Este parece ser el maridaje perfecto entre cerveza y comida. Las lagers y cervezas tipo ale castañas son excelentes opciones para maridar pizzas, ya que son ligeramente más dulces y delicadas que otras cervezas, ideales para complementar el sabor de esta comida.
Maridaje de cerveza y carnes blancas
Si prefieres maridar pollo asado, puedes optar entre una lager liviana, una pilsner o una ale castaña, ya que todas ellas complementan muy bien el sabor de la carne. Sin embargo, no es del todo buena la combinación de la cerveza con el pollo asado, puesto que la cerveza puede con los sabores suaves de las aves de corral, salvo que se lo adobe bien.
Incluso hay gran numero de recetas para cocinar con cerveza, particularmente la carne de pollo; en este caso, se recomienda acompañar con la misma que se utilizó para prepararla. La cerveza también combina con el pollo braseado al limón, las pechugas al estragón y el humilde pollo al ajillo.
En cuanto a la carne de aves, hemos de tener en cuenta que el sabor de la cerveza es más fuerte que el de la comida, con que será preferible evitarla, salvo que el ave incluya cerveza en su modo de preparación o que lleve condimentos y especias fuertes o ácidas.
Maridaje de cerveza y pescados
Además de la clásica pareja del pescaíto frito con cerveza, la combinación de pescado y cerveza nos ofrece una amplia gama de posibilidades, como veremos a continuación.
Bien, el maridaje de carnes blancas es un poco más complejo, y depende del tipo de carne blanca a la que nos refiramos. En caso de pescado fresco, las mejores opciones son las cervezas livianas, como la pilsner y las lager livianas.
En cambio, quienes buscan un perfecto y equilibrado maridaje con salmón o hasta con carne de pavo, deberán buscar cervezas más fuertes, con más cuerpo. Si, en cambio, vamos a comer pescado fresco, va muy bien combinado con cerveza blanca o cerveza de trigo, o con una Lager, que son cervezas de fermentación baja y generalmente más suaves, además de que son las más comunes por esta zona. Este tipo de cervezas también van muy bien con otras carnes blancas como el pollo.
Pescado azul y blanco: el color sí importa.
Los pescados azules, esos tesoros del mar con alto contenido en grasa, al tener un sabor más marcado que los pescado blancos, armonizan muy bien con las cervezas, que provocan ese efecto de “limpiar” el paladar y ofrecen un contrapunto refrescante. De alguna manera suavizan lo que algunos conocemos como “sabor a pez”. Así pues, la cerveza puede acompañar con éxito los atunes, bonitos, sardinas, boquerones, salmones, lampreas, pez espada, jureles, caballa, anguilas… pescados que, por suerte, son abundantes y accesibles en nuestras costas.
Por el contrario, el toque amargo de la cerveza puede anular parcialmente el sabor suave de algunos pescados blancos, a menos que estén acompañados de salsas o aderezos más potentes. Son precisamente los pescados azules los que se ahúman, se marinan, se escabechan, se preparan en conserva o se someten a salazón en todas sus variantes. En todos estos casos la cerveza es una buena compañera.
Ahumado y cerveza.
Cuando los pescados han sido ahumados acompañan muy bien las cervezas claras de tipo Ale y las del estilo Pilsen, siempre con marcado amargor.
Es muy habitual servir los pescados ahumados con salsas especiadas de mostaza, algunas veces hasta agridulces, lo que hace aún más recomendable la cerveza.
Pescados en sal.
Los pescados así como las huevas en salazón, tienen un sabor muy fuerte unido a una textura muy grasa. Una cerveza clara, y ligeramente amarga, limpia la boca y acompaña perfectamente estos platos, que por otra parte son frecuentes compañeros en el momento del aperitivo.
Las anchoas merecen un lugar especial en nuestro corazón y en nuestra heladera: sus acentos yodados tan intensos, ligan perfectamente con las cervezas. Si además, se acompañan de pan con tomate y aceite, la conjunción se torna realmente gloriosa.
Carpaccio y cerveza.
La cerveza realza el sabor de algunos pescados crudos como el salmón y el atún, dos pescados muy grasos de intensos sabores yodados. El aceite de oliva y otros aderezos que se utilizan en los carpaccios, como la pimienta molida y el limón exprimido, acentúan esta afinidad.
Marinados.
Destacan los arenques y el salmón marinado, pescados muy grasos y de intenso sabor que ligan con cervezas de mayor cuerpo y graduación alcohólica. Su sabor fuerte, ácido y aromático, encuentra en la cerveza un contrapunto refrescante.
Pescados a la parrilla.
La elaboración de los pescados a la parrilla, culmina con un sofrito picante y aromático de ajo, perejil, guindilla y vinagre. Esta combinación tan potente permite que se pueda acompañar con una cerveza incluso oscura. Hay muy buenos pescados de rio ricos en grasas.
Escabeches con con cerveza.
Si hay un caso de maridaje indispensable es el de los escabeches de pescado y la cerveza. Por el alto contenido ácido de sus salsas, deben servirse siempre con cerveza; de atún, de bonito, de sardinas, de trucha… que pueden ser incluso agridulces, están deliciosos con cervezas ligeramente tostadas.
Es impresionante la armonía que entablan las cervezas rubias de sabor intenso con el atún, las sardinas y el bonito en escabeche, así como con los boquerones en vinagre. Sus sabores grasos, matizados por el vinagre, transforman sus lomos limpios en bocados chispeantes, imposibles de maridar con ninguna otra bebida.
Conservas y cerveza.
En efecto, podemos decir que la buena relación entre las conservas de pescado y la cerveza se ve reforzada con el paso del tiempo. Todos los pescados azules en conserva se transforman a lo largo de los meses, de manera que sus aromas se concentran y cobran acentos metálicos, algo dulzones y salados, que se superponen a su natural gusto marino. En esta amalgama de sensaciones variopintas, intensas pero finas, las cervezas suaves y las de gusto intenso actúan como matrimonios perfectos.
Sushi y Sashimi con cerveza.
Los platos de cocina japonesa (sushi y sashimi) que contienen pescados crudos, ligan perfectamente con la cerveza, sobre todo cuando utilizan aderezos como la salsa de soja y la pasta wasabi picante.
Por la misma razón, un pescado al vapor al estilo chino (rodaballo o gallo) que lleve incorporado salsa de soja resultará delicioso en combinación con cervezas suaves.
Frituras de pescado.
Además de ser habitual acompañar los pescados fritos con cerveza, quizá de forma inconsciente y espontánea, este maridaje es muy aceptable, ya que aporta el contrapunto refrescante necesario, aunque existen algunas excepciones.
El pescado en adobo, que ha sido sometido a un marinado con ajo, vinagre, orégano y cominos, combina con la cerveza mejor que con muchas otras bebidas. Lo mismo sucede con los boquerones o sardinas.
Salpicones: donde hay vinagre, sobra el vino.
Recordar esta norma porque suele ser cierta. Cuando los mariscos se presentan en salpicones bien aliñados con vinagre, la cerveza es un rito obligado, puesto que nuevamente nos encontramos con la acidez que deja fuera de juego a los vinos.
Rabas.
Los calamares nos llenan la boca de aromas y liberan persistentes gustos a mar que hacen de la cerveza clara el mejor acompañamiento. Unas buenas rabas con una buena cerveza rubia ligera.
Maridaje entre Cerveza y aperitivos
Tal vez la combinación más común para disfrutar de una buena cerveza es justamente con alimentos cortos entre las comidas o como aperitivo. Los favoritos incluyen las papas fritas, palitos salados, chizitos, aceitunas, encurtidos o los clásicos pretzels. También puedes acompañar una cerveza con frutos secos o semillas.
Maridaje entre Cerveza y Agridulces
Las salsas orientales son, en muchas ocasiones, de gusto agridulce; ésta compleja combinación liga perfectamente con la cerveza. En la comida china encontrarás numerosos ejemplos para experimentar con este delicioso maridaje.
Maridaje entre cerveza y Platos grasos
Las papilas gustativas tienden a cubrirse cuando degustamos comidas ricas en grasa, en estos casos no hay nada mejor que la cerveza para aclarar el paladar. Disfruta comidas fritas y embutidos acompañados de esta bebida cuya acidez corta la grasa y aporta frescura a la combinación.
Quien haya probado una hamburguesa acompañada de una cerveza de gusto suave y sabor intenso habrá podido comprobar lo bien que combina el amargor de la cerveza con la fuerza del ketchup y la mostaza. Muy recomendable.
|