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Historia de la cerveza

Casi todos los pueblos de la tierra han elaborado bebidas alcohólicas desde los tiempos prehistóricos; unas veces han empleado para ello materias azucaradas, como miel, zumos de palmeras ó de pitas, frutos, leche, etc., mientras que otras se han valido de materias feculentas, obteniendo, con estas últimas, cervezas.

Corresponden, entre otras bebidas, al grupo de las cervezas el pombe ó cerveza de mijo de los indígenas africanos, la soma y la haoma de los antiguos hindúes y persas, el sake ó de cerveza de arroz del Japón y de Formosa, la kawa de los habitantes de las Islas del Pacífico, la chica ó cerveza de maíz de las tribus Indias de la América del Sur, el kivass de los rusos, la braga de Rumania, la bosa de Macedonia.

Antes de que el hombre se dedicase al cultivo de los campos, se obtenían las cervezas mediante plantas silvestres, y cuando no se conocía aún el arte del alfarero, se elaboraban calentando los líquidos con piedras calientes. Este último procedimiento es todavía usado hoy en los países vascos en la industria lechera; actualmente se fabrican en estos países vasijas de madera de una sola pieza, donde se hace hervir la leche introduciendo en ellas piedras calentadas á una alta temperatura. Mediante procedimientos primitivos de esta naturaleza obtuvieron cerveza los letos hasta finales del siglo XVIII, y en la Carintia aun se emplean hoy.

Los indígenas de América del Norte y los Australianos tostaban ya las semillas de plantas silvestres que empleaban para hacer mas gustosas las bebidas alcohólicas, efectuando esta tostación, á veces, mediante piedras candentes; para iniciar la fermentación se masticaba raíz de kawa, arroz en Formosa, maíz en Perú y en Bolivia, los frutos de una leguminosa en Argentina, y se escupía la masa mascada en la vasija donde debía hacerse la fermentación. Aún hoy se sigue en algunos de estos países el mismo procedimiento; la saliva sacarifica la fécula y tal vez proporciona el fermento. En el norte de Europa la tradición ó saga de Kwasir alude á un procedimiento análogo. En la Nubia, en algunas comarcas de Asia oriental y en parte de Rusia, se emplean en la elaboración de la cerveza cereales previamente tostados.

Para aromatizar la cerveza se emplean diversas plantas, por ejemplo, las ramas de soma (tal vez sea la Ephedra vulgaris) y las de la Calotropis procera, que se añaden en el Sudán y en Cordofán á las cervezas obtenidas con mijo y con las semillas de la Penicillaria hirsuta. En el Norte de Alemania, en Dinamarca, en Escandinavia y en Westfalia, aun en 1477, se añadía á la cerevisia monachorum (Grutennbier ó Gruysenbier) mirto de Brabante (Myrica Gale) y también bayas de enebro; en América del Norte los retoños de la Tsuga canadensis (cerveza recomendada contra el escorbuto); en Irlanda y en Islandia se usaron las semillas de la zanahoria silvestre. Todas esas materias fueron substituidas luego por el lúpulo.


Los egipcios atribuían la invención de la cerveza a Osiris. Con los granos de la cebada obtenían la malta, aromatizaban el extracto acuoso de ésta con azafrán y otras especias y después lo dejaban fermentar. Esta bebida (zythos) estaba muy extendida en Alejandría en tiempo de Estrabón. Ciudad renombrada por su cerveza era Pelusium en las bocas del Nilo.

Plinio menciona el uso de la cerveza en España con el nombre de celia y ceria y en la Galia con el de cerevisia ó cervisia. Según él, los habitantes de la Europa occidental tenían una bebida, elaborada con trigo y agua, con la cual se emborrachaban; la elaboración de esta bebida era algo distinta en la Galia, en España y en otros países, recibiendo diversos nombres aunque su naturaleza y propiedades eran las mismas; en España, particularmente, era tan bien preparada que podía conservarse durante mucho tiempo. Probablemente la cervisia ó cerevisia, ceria ó celia, de Plinio, debe estos nombres a la diosa Ceres.

Platón la llamaba cerealis liquor, esto es, bebida que se usaba en la fiesta de esta divinidad. Según Archiloco (700 a. De Jesucristo) los frigios y los tracios obtenían una bebida llamada bryton con cebada, aromatizándola con la raíz de la coniza áspera. Los armenios tenían una bebida alcohólica que obtenían con la cebada, y en los ilirios y panonios se mencionaba una suerte de cerveza llamada sabaja ó sabajum. Prisco (418 a. De J. C.) cita una bebida, hecha con cebada, que los panonios llamaban camum. Esta palabra es anterior a la invasión de Europa por los hunos y parece que era ya usada en Panonia desde la época de la gran emigración celta en este país. En la actualidad el pueblo no conoce apenas la cerveza en estos países. Virgilio habla de bebidas fermentadas que usaban los pueblos del Norte en vez de vino. En las comarcas del centro de Francia, la cerveza era una bebida popular en el siglo I de la era cristiana, pudiéndose creer que su conocimiento llegó a los celtas desde España. Esta cerveza celta se ha mantenido en el Norte de Francia, en Bélgica y en Inglaterra hasta hoy.

El nombre de la cerevisia ó cervisia parece muy antiguo; con él se relacionan los nombres de la cerveza, cervesa (cat.), cerveja (port.), giarvusa (retorománico), cervoise (franc. ant.). Parece que en tiempo de Cesar los germanos aun no conocían la cerveza; pero, poco después ya la mencionan entre ellos Diodoro y Tácito. En alemán antiguo se llamaba la cerveza peor y también bior y pier, derivándose estos nombres, según Grimm y Wackernagel, del latín biber ó biberis; otro antiguo nombre alemán de la cerveza es alu (alo, ealo), que se ha conservado en inglés. El empleo del lúpulo se debe a los finlandeses, siendo citado ya el lúpulo como materia para aromatizar la cerveza en el poema finlandés Kalewala. En un documento del Rey Pepino del año 768 se habla por primera vez de huertos de lúpulo.

En la edad media probablemente se elaboró por primera vez buena cerveza en los conventos. Santa Hildegarda, abadesa de Rupertsberg, menciona en 1079 el lúpulo como materia que se añadía a la cerveza; en aquel tiempo era frecuente el cultivo del lúpulo en Baviera, Franconia y Baja Sajonia. Poco a poco fue divulgándose el arte de elaborar la cerveza, pasando de los conventos, donde se distinguía la cerveza fuerte (Paterbier) de la floja (Kofentbier o Coventbier), al pueblo. En 1290 se dictó en la ciudad libre de Nuremberg un decreto disponiendo que en la elaboración de la cerveza se empleara cebada y prohibiendo el empleo de la avena, la escanda, el centeno y el trigo.

En el Siglo XIV se formaron los gremios de cerveceros que eligieron como patrón al fabuloso rey Gambrinus, a quien se atribuyo la invención de la cerveza. En el transcurso de la Edad Media fue cayendo en desuso la cerveza en el Sur de Alemania, hasta que la cerveza del Norte de Alemania, más duradera y preparada según mejores métodos, fue recobrando el terreno perdido. El duque Alberto V (1550-1579) envió a buscar la mejor cerveza de Sajonia y se procuró para su propio consumo cerveza de Einbeck, de cuyo nombre se deriva el de la cerveza bock de hoy. En 1591 se inauguró en Munich la cervecería de la corte, Hofbräuhaus, que desde 1614 elaboró excelente cerveza, bien que solamente la vendió directamente al por menor desde 1830. Desde el siglo XIII se elabora en Alemania cerveza de conserva (Lagerbier); la de la marca de Brandeburgo fue la primera en adquirir gran nombradía; en 1390 la mayor cervecería era la de Zittau. En 1541 se elaboró en Nuremberg por primera vez cerveza blanca. En 1492 inventó Cristián Mumme, de Brunswick, la cerveza que llevó su nombre y que fue exportada hasta las Indias. La cerveza de Trigo, inventada en Inglaterra, fue exportada en cantidad, en el siglo XV, a Hamburgo, donde se preparo ya antes del año 1520. Kurt Broihahn, que había sido mozo cervecero en Hamburgo, elaboró esta cerveza en Hannóver en 1526, extendiéndose luego su elaboración en todo el Norte de Alemania. Después de 1572 se elaboró también en Berlín, donde se ha ido transformando hasta llegar a la cerveza blanca actual. En Inglaterra estuvo prohibido el empleo del lúpulo hasta el siglo XV, y no hace mucho más de un siglo que se preparan allá ale y porter.

La porter fue inventada por el maestro cervecero Harwood y a fines del siglo XIX era exportada a todas las partes del mundo.


Fuente: Enciclopedia Espasa Calpe

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Después de la caída del imperio romano, por casi toda Europa, desde Inglaterra y Alemania en el norte hasta España en el sur, la cerveza fué perfeccionando su proceso de elaboración. Los secretos que implicaba la fabricación de esta maravillosa bebida fueron transmitidos de generación en generación dentro de la familia. Más tarde, en la era de las conquistas y los descubrimientos, el consumo de cerveza cruzó los mares y llegó al nuevo mundo en galeones españoles, enriqueciendo las bebidas autóctonas, elaboradas a base de maiz fermentado y frutas tropicales.


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