El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

 

 

Historia de la cerveza

La Antigüedad

Al parecer, la primera bebida fermentada que conoció el hombre fue la cerveza (simultáneamente con el pan de cebada). Se cree que el ser humano ha elaborado cerveza por lo menos desde hace 10.000 años y se piensa que su origen se sitúa en Palestina.

Se han encontrado evidencias de cerveza en casi todas las civilizaciones antiguas: Sumeria, Babilonia, Egipcia y China.

Los registros arqueológicos muestran que uno de los primeros cereales cultivados por el hombre fue la cebada.

Los rastros más antiguos que atestiguan la existencia de la panificación y de cervecerías los encontramos en Mesopotamia, pero se conoce de prácticas similares en el resto de Europa. Es preciso entonces creer que la cerveza se descubrió o inventó en muchos lugares del Mediterráneo y de Europa de forma simultánea. Desde tiempos muy remotos se conoció que la cerveza estaba libre de gérmenes nocivos y que el agua, que regularmente no estaba en las mejores condiciones, podía ser fermentada. Por ello, por muchos siglos,  la cerveza y no el agua fue el líquido utilizado para calmar la sed.

Sumeria-Mesopotamia

Los primeros bebedores de cerveza fueron los sumerios en las márgenes de los ríos Tigris y Éufrates. Alrededor del 7.000 a. de C. ya conocían perfectamente su técnica de elaboración. En sus factorías se han encontrado calderas, cubas de maceración y barriles para almacenarla y transportarla.
La denominaban “siraku” ó “ninkasi”: el primer nombre procedente de un grano que fermentaban y el último en honor a la diosa de la cerveza conocida así y cuyo nombre traduce “la diosa que se llena la boca”.
Al comienzo la materia prima principal no era la cebada (Hordeum exastichum) llamada “it”, más costosa; sino una especie de trigo rojo llamado “espelta” (triticum dicoccum), que tiene dos granos en cada espiguilla, originario, posiblemente de Palestina.

En tablas de arcilla escritas en lenguaje sumerio se revela una fórmula de elaboración casera: se cuece pan, se deshace en migas, se prepara una mezcla en agua y se consigue una bebida que transforma la gente en "alegre, extrovertida y feliz". Incluso, alrededor de 1.800 a. de C. aparece en tablas de arcilla el “Himno a Ninkasi” donde también se describe una antigua receta de cerveza.
Igualmente, en una escritura cuneiforme del año 2800 a. de C. se describe la distribución de una ración diaria de cerveza y pan a los trabajadores.
El sello de la dama “Pu-Abi” reina de la ciudad de Ur alrededor del año 2600 a. de C. la muestra tomando cerveza de una copa. Ella tomaba cerveza con una caña elaborada de lapislázuli y oro que se encuentra actualmente en el Museo Británico en Londres.

Así mismo, en tablas de arcilla encontradas en la ciudad de Uruk (Irak), quedó escrito en la “Epopeya ó Poema de Gilgamesh” (2500 a. de C.) las recomendaciones del arquitecto real para repartir cerveza entre los trabajadores: "para estar más atentos a su trabajo y relajarse al final de la jornada".

Los sumerios conocieron 10 tipos de cerveza aproximadamente, entre ellos una variedad llamada como “superior”. Consideraban la cerveza como “bebida de los dioses” y era ofrecida como ofrenda.

Babilonia

Los babilonios heredaron de los sumerios el arte del cultivo de la tierra y la elaboración de la cerveza.

El rey Hammurabi (1728 a 1686 a. de C.) dispuso en un decreto normas sobre la fabricación de la cerveza, el precio del producto, la concentración adecuada y las sanciones a quienes adulteraran la bebida. De hecho, el tabernero que alterara su precio podía ser condenado a morir ahogado.

El rey babilonio Nabucodonosor se conservan las siguientes palabras: "he hecho correr sin medida como corre el agua del rio, torrentes de cerveza, sobre el altar de Marduk y su esposa Sarpanitu".

La elaboración tenía carácter religioso y era realizada solo por las sacerdotisas. Los babilonios preparaban la cerveza a partir de los panecillos de harina de cebada y la llamaban “pan líquido”.

La nutrición de un babilonio era constituida principalmente de cerveza, grano, frutas, verdura y cebolla, dieta poco diferente de la mayoría de la gente modesta de la antigüedad. Muchos salarios se cobraban en grano o directamente en cerveza. Las gentes con más poder adquisitivo no cambiaron el consumo aunque la sofisticaron: filtraban la cerveza, la hacían más densa (más cara). Hasta se describe cómo los pobres bebían cerveza con cañitas del río, mientras que los ricos disponían de tubos en oro.

Según una tabla asiria fechada 2.000 años a. de C. la cerveza formaba parte de las provisiones del Arca de Noé.

Ya para el 4.000 a. de C. los babilonios tenían al menos 34 cervezas diferentes, siendo la variedad “negra”, elaborada con cebada, una de las más populares.

Egipto

Desde Oriente Medio, la cerveza se extiende por los países de la cuenca oriental del Mediterráneo.

Los egipcios, recogiendo los métodos sumerios, elaboran una cerveza que bautizan con el nombre de "zythum", descubren la malta y añaden azafrán, miel, jengibre y comino con objeto de proporcionarle aroma y color. La producían enterrando cebada en un recipiente de germinación y la papilla de la malta fermentaba por la acción de levaduras salvajes.

Si bien en Sumer (Sumeria) y Akab (Acadia) ya se consumía cerveza, es a los egipcios a los que se atribuye su invención y en especial su producción “industrial”, siendo su consumo de enorme importancia para la población tanto por su gran poder alimenticio, como por sus aplicaciones medicinales de acuerdo con los informes que en los “Textos de las Pirámides”, papiros y estelas han llegado hasta nosotros desde hace mas de 4.500 años.

Según la receta más antigua conocida, el Papiro de Zósimo de Panópolis (primer alquimista documentalmente reconocido, siglo III), los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar en agua.
Las normas de fabricación de cerveza eran muy estrictas y se regían muy de cerca en cada provincia de Egipto por el Príncipe, que reportaba directamente al Faraón y sellaba la jarra con arcilla cocida para certificar la calidad y autenticidad de la cerveza mediante una inscripción jeroglífica en la tapa del recipiente, que no se tocaba hasta su apertura para evitar mezclas.

Durante la época de los egipcios existió un auténtico monopolio de la cerveza ejercido a través de las cervecerías del Estado.

Este “vino de cebada” era servido como ofrenda a los Dioses y la leyenda habla que Osiris (diosa mitológica de la Agricultura) fue quien preparó la primera cerveza.

El faraón Ramsés II, conocido como el “faraón cervecero”, promulgó unas reglas muy estrictas en torno a esta bebida y poseía cervecerías que producían unos 30.000 barriles por año. De hecho, construyó muchas ciudades con dinero proveniente de la comercialización de la cerveza y muchos de los obreros calificados que construyeron las pirámides la recibían como parte de pago y se les autorizaba consumirla 3 veces al día.

Los fabricantes egipcios de Cerveza eran exceptuados de prestar el servicio militar y tanto los soldados como las autoridades recibían cerveza como parte de su paga, aunque la elaboración de la cerveza en sus inicios fue realizada por las mujeres (como en casi todas las culturas).

Incluso una inscripción egipcia datada en el año 2.200 a. de C. rezaba: “La boca de un hombre perfectamente contento está llena de cerveza”.

La ciudad de “Pelusium”, actual “Tell el-Farama”, fue famosa por ser un fuerte enclave cervecero y tener los mejores maestros en su elaboración, junto con los de Alejandría.

Los seguidores de la diosa Athor inventaron la primera cerveza sin alcohol dejándola evaporar frente a su estatua para poner de buen humor a la diosa y vendían la cerveza resultante para beneficio del templo.

Se han encontrado reseñas de hasta 17 tipos de cerveza: a base de trigo rojo ,espesa, malteada, fuerte, especial para ofrendas, hecha con cebada del Alto o del Bajo Egipto, dulce, “de perecer”, salada, con dátiles, etc. Elaboraron muchas variedades, algunas denominadas “Traedora de alegría”, “La hermosa”, “la divina”, etc.

China

También existen pruebas de que los chinos producían una clase de Cerveza llamada "Kiu" hace más de 4,000 años, la cual se fabricaba a base de cebada, trigo, espelta, mijo y arroz.

Europa

La cerveza llegó a Europa hacia el 5000–4800 a. de C. siguiendo dos corrientes: la corriente danubiana (Europa del este) y la corriente mediterránea (sur de Francia).
Los restos arqueológicos más antiguos de producción de cerveza en Europa fueron descubiertos en el yacimiento del valle de Ambrona (Soria, España) y datan de alrededor de 2400 a. de C., según el trabajo arqueológico del equipo dirigido por Miguel Ángel Rojo Guerra. También se han encontrado evidencias arqueológicas de elaboración de cerveza en el yacimiento de Genó, en Aitona (Lérida, España), tras los trabajos de investigación arqueológica, dirigidos por el profesor José Luis Maya González, que han establecido que estos restos arqueológicos databan de alrededor de 1100 a. C.

Los celtas conocían la elaboración de la cerveza y llevaron consigo este conocimiento cuando se extendieron por la península Ibérica, donde su uso y su elaboración se desarrolló muy pronto. Los celtas fabricaron la “cervoise”, un líquido fermentado obtenido generalmente a partir de cebada, pero también de centeno y avena. La cervoise tenía más graduación alcohólica que las cervezas modernas, y se le daba aroma con plantas amargas (genciana, cilantro, ajenjo).

Con el paso de los siglos, sobre todo a partir de la romanización, la mediterránea se consolidó como una zona básicamente vinícola mientras que la cerveza se producía en el norte y centro de Europa y adquiría la forma de lo que entendemos hoy por cerveza.

Contrariamente a lo que se piensa, en Grecia y Roma la cerveza ya era elaborada y consumida mucho antes de ser remplazada por el vino.
Los Griegos identificaron la cerveza con los Egipcios, ya que la palabra “zythum” significaba “vino de cebada”. Un siglo a. de C., Diodor Sículo escribe: “se hace en Egipto, con cebada, una bebida llamada zythum y que por lo agradable de su color y su gusto cede muy poco al vino”.
De hecho, aunque los romanos eran más aficionados al vino, eso no les impedía apreciar una buena cerveza (la llamaban “alimento de los bárbaros”), especialmente en las regiones del norte, más propicias para el cultivo de la cebada que para el de la viña. Hipócrates, por ejemplo, recomendaba a los médicos del Egeo que recetaran esta bebida por tratarse de un “calmante suave que apaga la sed, facilita la dicción y fortalece el corazón y las encías”.
Así pues, se han encontrado vestigios de una cervecería de los siglos III y IV en una villa galorromana. Los galos fabricaban la “cervoise” (cerveza) en familia y eran las mujeres las encargadas de esta tarea. Los galos fueron quienes remplazaron los recipientes de cerámica por toneles de madera, que ellos mismos inventaron. A la malta la llamaron “brace” y de ahí surgieron palabras como “brassin” (cuba), “brasseur” (cervecero). Tras la caída del Imperio Romano, la Iglesia tomó el control de las tierras. Los monjes empezaron a interesarse por esta bebida y surgieron cervecerías en todas las abadías. La elaboración de la cerveza también se llevaba a cabo en hogares, albergues y castillos.
Y si entre los romanos y los griegos fue considerada una bebida de la gente llana, los pueblos del norte de Europa festejaban con cerveza las fiestas familiares, las solemnidades religiosas y los triunfos sobre sus enemigos. En los países nórdicos se ofrecía cerveza a Wotan, el gigante Oegir era el cervecero y Thor el dios del trueno, el protector de la cerveza.
En España se denominaba “ceria” ó “celia” y en la Galia “cerevisia ó “cervisia”, nombres procedentes de la diosa Ceres. Platón la denominaba “cerealis liquor”. Los fricios y tracios elaboraban una bebida de cebada llamada “bryton” y los ilirios y panonios conocieron el “sabaja” ó “sabajum” (418 a. de C.) como una clase de cerveza.
En el centro de Francia la cerveza era una bebida muy popular en el s. I d. de C. y se piensa que llegó a los celtas desde España. Esta cerveza celta se extendió al norte de Francia, Bélgica e Inglaterra.
La prueba más antigua de elaboración de cerveza en suelo alemán data del año 800 a. de C. cerca a Kulmbach. En alemán antiguo se llamaba a la cerveza “bior”, “pier” y “alu” y de allí ha tomado los nombres actuales en algunos idiomas como “bier” en alemán, “beer” y “ale” en inglés.
En el México antiguo se conocían bebidas similares a la cerveza como el “tesguino” que era un líquido claro, ámbar, denso y que se batía para generar espuma. Igualmente, conocieron el “sendecho” que era semejante al “bier” de los germanos solo que en lugar de cebada utilizaron maíz
.

 

Edad Media

La cerveza pasó de Egipto a Europa a raíz de las cruzadas. Los caballeros de regreso a sus países la llevaban consigo.

A partir de los siglos VII y VIII, las comunidades monásticas empezaron a elaborar y consumir cerveza. En aquella época, los monjes vivían como el pueblo pero aislados de él. El agua, insalubre por las condiciones higiénicas del momento, era permanente transmisora de infecciones. Al hervirla con cereales se obtenía una bebida más sana. Como se producía y consumía en el día a día, la cerveza apenas tenía alcohol y se calcula que el pueblo normal consumía unos 6 litros de cerveza por persona diariamente. Para los años 816-837 se conoce de un monasterio en la localidad de St. Gallen en Suiza que poseía instalaciones para elaborar cerveza.

A raíz de fuertes heladas consecutivas que afectaron los cultivos de la vid,  los monjes benedictinos (y muchos otros) encontraron el sustituto ideal en la cerveza.

Por esa época, los noreuropeos utilizaban hierbas aromáticas y plantas silvestres para modificar el sabor y aroma. Se cuenta que Santa Hildegarda, abadesa de Ruperstberg, alrededor del año 1.079, fue quien primero mencionó los beneficios del uso del lúpulo en la cerveza. Aunque, al parecer, fueron los finlandeses, según el poema épico “Kalewala”, quienes primero lo emplearon. A raíz del uso del lúpulo y sus propiedades conservativas, la cerveza se convirtió en importante objeto de comercio.
En el siglo XII,  Juan Primus rey de Flandes y Bélgica, y más conocido como “Gambrinus” fue un protector de los cultivos de cebada y por ello se le considera el patrono no oficial de la cerveza.

En la historia medieval y moderna aparece la tradición alemana, que es muy antigua.
En esta época, por el año 1000, los alemanes poseían cerca de 500 claustros en los cuales se elaboraba y comercializaba la cerveza, que era privilegio exclusivo de los monjes y monjas, siendo muy famosas, en ello, las monjas de los Prados de Santa Clara.
En Alemania, igualmente, las condiciones del Norte se diferenciaban notablemente de las del Sur. En el Norte, la fabricación de cerveza era un derecho cívico y tenía lugar en las grandes ciudades cerveceras de Bremen, Hamburgo ó Einbeck. En el Sur, se produce paulatinamente en el siglo XIV el pasaje de la fabricación casera a la industrial donde el gobierno influyó notoriamente y era el soberano quien concedía el derecho de fabricación, originando un mayor desarrollo que en el Norte.

De otro lado, las primeras abadías belgas poseían su propia cervecería. Es el caso de Villers-la-Ville, donde los monjes se instalaron en 1146. La arquitectura de de la inmensa abadía se inspiró en la de Citeaux (cuna de los cistercienses) y la cervecería, de estilo románico, fue construida durante la primera mitad del siglo  XIII.
Así nacería la "cerevisa monacorum", cerveza de los monjes con denominación de origen, cuyo secreto guardaba celosamente cada fraile boticario. Los monjes lograron mejorar el aspecto, el sabor y el aroma de la bebida.

Pronto, se estableció un conflicto de intereses entre los elaboradores laicos que tenían que pagar impuestos de todo tipo y los elaboradores monacales que disponían de materia prima en grandes cantidades y en condiciones muy ventajosas y exenciones fiscales diversas. Un caso flagrante de competencia desleal. Hacia el siglo XV, los elaboradores laicos tuvieron que inventarse un nuevo tipo de cerveza, más barata, que les permitiese sobrevivir a pesar de la competencia de los frailes. Aquí radica la diferencia histórica entre la “cerevisia” de los frailes, más densa, más aromatizada, y más cara, y la “bier/beer/bière” de los laicos, menos alimenticia, más refrescante y barata, aromatizada simplemente con lúpulo. El lúpulo se comienza a utilizar en el siglo XIV como el único saborizante, luego de haber usado antes sobre todo una mezcla de diferentes condimentos que se denominaba “Grut” en idioma alemán.

La primera organización gremial de fabricantes de cerveza nació en París en 1258 y 10 años más tarde, el reglamento para producir la bebida se inscribía en el libro de los oficios.
En 1.290, en la ciudad de Nuremberg, se dictó un decreto que prohibía el uso de avena, escanda, centeno y trigo en la elaboración de cerveza y permitiendo solo el uso de cebada.

En los siglos XIV y XV, se multiplicaron las cervecerías y surgen las primeras grandes factorías cerveceras, entre las que destacan las de Hamburgo y Zirtau. La cerveza se convirtió en una de las bebidas más populares. En esa época, era aconsejable y saludable beber cerveza, ya que durante su fabricación se eliminaban los gérmenes patógenos del agua que era a menudo el vehículo de transmisión de epidemias tales como el cólera o la peste.

 

Edad Moderna

Las guerras de religión del siglo XVI y la revolución francesa arrasaron las abadías. El siglo XVI fue también testigo del nacimiento de asociaciones dedicadas a mantener la calidad de los productos y el respeto por las tradiciones mediante la instauración de reglas estrictas.

Las malas cosechas y otras situaciones produjeron escasez de materias primas que llevaron al uso de otras materias diferentes a las usuales. Por ejemplo, se sustituía el lúpulo por hierbas amargas o se usaba avena barata. Esto ponía en riesgo la salud y obligó al establecimiento de leyes gubernamentales de regulación para las materias primas, siendo la primera mención documentada el Artículo 12 de la “Statuta thaberna” de 1434, de la ciudad turigense de Weibensee.

Se cree que en el siglo XV los mercaderes de Flandes y Holanda utilizaron el lúpulo para dar amargo y a la cerveza que lo contenía la llamaron “cerveza” mientras que la que carecía de él la llamaron “ale”.

Alemania ha influido mucho en fijar las características de la cerveza moderna, al punto que hoy en día aún cuentan con la "Ley de la Pureza" promulgada por los duques Guillermo IV de Orange y Luis X (gobernaban conjuntamente) el día de San Jorge (23 de Abril) de 1516, que obliga a producir la bebida con cebada malteada, agua, lúpulo y levadura. Desde 1906 rige en Alemania con fuerza de ley, de forma absoluta, para cervezas de fermentación baja (Lager). El objetivo de esta ley era dar a los ciudadanos cervezas de calidad suficientes a precios justos por lo que puede decirse que es la primera ley mundial de protección al consumidor.
Esta ley hizo desaparecer muchas recetas particulares de cerveza de los territorios donde se aplicó, especialmente de las especialidades en las que era preciso añadir algún azúcar o variar en los aromatizantes botánicos. En otros países, las leyes no fueron tan estrictas y se permitieron conservar recetas en las que figuraban algunos aditivos. La Ley de Pureza también contribuyó notablemente a aumentar la fortuna del rey que tenía el monopolio de la producción de cebada.

El Renacimiento fue muy importante para los cerveceros y su corporación, una de las más acaudaladas. En Bruselas, los cerveceros compraron el “Arbre d'or”, casa conocida actualmente como la “Maison de Brasseurs” de la Grand-Place, a los empobrecidos tapiceros. Fue restaurada y embellecida en el siglo XVII. Desafortunadamente, también fue destruida por los bombardeos del Mariscal Villeroy. En el siglo XVIII, fue objeto de una costosa reconstrucción que dio lugar a la fachada que se puede admirar actualmente. Fue vendida por los revolucionarios franceses y en 1954 recuperó su denominación  “Maison de Brasseurs”.

La cerveza de trigo, inventada en Inglaterra, fue exportada a Hamburgo en el siglo XV y se comenzó a elaborar allí alrededor del año 1.520.  En 1.541 se elabora por primera vez cerveza blanca en Nuremberg.
En 1.591 se inauguró en Münich la cervecería de la corte llamada “Hofbräuhaus” que elaboró cerveza desde 1.614 y que solo comenzó a vender al menudeo en 1.830.
En Inglaterra el lúpulo estuvo prohibido hasta el siglo XV.

La auténtica época dorada de la cerveza comienza a finales del siglo XVIII con la incorporación de la máquina de vapor (James Watt en 1765) a la industria cervecera y el descubrimiento de la nueva fórmula de producción en frío, y culmina en el último tercio del siglo XIX, con los hallazgos de Pasteur relativos al proceso de fermentación.

En Inglaterra, la cerveza era tan importante que su Carta Magna daba la medida adecuada para la venta y consumo. Además, uno de los oficios más antiguos de ese país es el de "Conner" o degustador de cerveza.

La primera cervecería del continente americano fue construida en 1544 por don Alfonso de Herrera, cerca de Ciudad de México.
Los peregrinos ingleses fueron los que llevaron la cerveza a los Estados Unidos; una de las primeras cervecerías establecidas en Estados Unidos data de 1612 y perteneció a Adrian Brock y Hans Cristiansen.
La cerveza llegó al Canadá con los franceses, en 1668. Jean Talon, superintendente de la provincia de Quebec, fue autorizado por la corona francesa para construir la primera cervecería.
La más antigua fábrica de América, aún en funcionamiento, es la fundada por Jhon Molson en Montreal y data de 1786.

 

Edad Contemporánea

A finales del siglo XVIII, la revolución francesa fue una auténtica catástrofe para el patrimonio cervecero. Además de acabar con las corporaciones, destruyó muchas abadías, poniendo así fin a numerosas actividades cerveceras. La llegada de Napoleón permitió, en el marco del relanzamiento general de la economía, volver a poner en marcha estas actividades. La cerveza ya no fue reservada exclusivamente a los monjes sino que se convirtió en una auténtica industria.
Para el siglo XVIII el lúpulo se hizo popular y todas las cervezas se fabricaban con él.

En 1846 Gabriel Sedlmayr instaló la primera máquina de vapor en su cervecería “Spaten” en Münich y entre 1871 y 1876 Carl von Linde inventó y utilizó la máquina frigorífica. 
Gracias a estos inventos y descubrimiento durante el siglo XIX los cerveceros checos y alemanes inventaron y desarrollaron una cerveza que tenía que tener buen aspecto pues se empezaba a extender el uso de los recipientes transparentes. Se inventaron formas diversas y más eficaces de filtrar la cerveza y la hicieron más clara. Una forma de clarificar la bebidas era la de alargar considerablemente la maduración a bajas temperaturas. Así apareció la cerveza Lager (en alemán almacén) y la propia levadura de baja fermentación que fue identificada a posteriori. Gracias a los trabajos de Emil Christian Hansen, quien desarrolló en 1883, en el Laboratorio Carlsberg, en Copenhague, el método para el cultivo de la levadura pura, mejorado por Paul Lindner en 1893, era cada vez mejor la posibilidad de utilizar razas puras de levaduras y disminuir la influencia de contaminantes. Ello fue la base para el éxito de la cerveza “clara” sobre la “oscura” bávara, hasta ese entonces la usual.
Actualmente la mayoría de las cervezas industriales están hechas según este sistema. Dentro de la categoría de las cervezas Lager las “Pils”, cuyo prototipo se originó en la Cervecería Cívica Pilsen (que luego fabricó la cerveza Pilsner Urquell), originarias del pueblo de Plzeň (Pilsen en alemán) están hechas con maltas de Moravia y, sobre todo, lúpulo Saaz (en alemán) o Zatec.

Muchas cervecerías de esta época aún continúan hoy:

Carlsberg: Fundada 1847 por J.C. Jacobsen en Copenhague, Dinamarca.
Heineken: Fundada en 1863 por Gerard A. Heineken en Amsterdam, Holanda.
Löwenbräu: Fundada en 1872 en Münich.
Beck: Inicialmente fundada en 1873 como Kaiserbrauerei Beck & Co en Bremen, ahora Brauerei Beck & Co.
Igualmente, en esta época la cervecería más grande del mundo era la Bass Brewery en Burton-on-Trent de Gran Bretaña que para 1876 producía anualmente 2.500.000 hectolitros de cerveza. Pero pronto fue sobrepasada por la Arthur Guinness & Son Co. Ltd. de Dublín.

De la misma manera, en los Estados Unidos en el lapso de pocos años se crearon grandes cervecerías:

Miller: Fundada inicialmente en 1850 como Plank Road Brewery y a partir de 1855 Miller Brewing Co., en Milwaukee, Wisconsin.
Anheuser: Fundada en 1851 como Anheuser y a partir de 1875 Anheuser-Busch en Saint Louis, Missouri, cuando Adolphus Busch introdujo la cerveza “Budweiser”.
Coors: Fundada en 1873 como Adolphus Coors Brewing Co., en Golden, Colorado.

En 1862 se fundó en Australia la Cooper`s Brewery en Adelaida.
En 1876 se fundaron en Japón la Asahi Brewery, la Sapporo Brewery y la Hokkaido Kaitakushi Brewery.

A finales del siglo XIX, los descubrimientos de Pasteur (1822-1895) relacionados con las levaduras y la conservación de los alimentos mediante pasteurización permitieron que las cervecerías adquirieran momentáneamente un nuevo impulso. Del mismo modo, estos descubrimientos constituyeron la base de una mejora en la calidad de la cerveza, tanto en su sabor como en su conservación.

En Alemania para 1873 operaban 13.561 fábricas de cerveza (10.171 de cervezas Ale y el resto Lager) y 36.297 hogares produciendo bebida casera. Para 1891 solo quedaban 7.785

Hacia 1900, ya había 3.223 cervecerías reconocidas en Bélgica, entre las cuales se encontraba Wielemans en Forest (Bruselas) que era considerada como la mayor y más moderna cervecería a nivel europeo. Del mismo modo, en Bruselas, en la Grande Brasserie de Koekelberg se elaboró la primera cerveza de fermentación baja (pils) en 1886.

Tras la Primera Guerra Mundial, el número de cervecerías disminuyó considerablemente. En 1920, sólo quedaban 2.013. A causa de la falta de mano de obra y de materia prima, la producción resultaba imposible. Las que decidieron emprender de nuevo el trabajo, debieron mecanizarse. En los años 30, la crisis económica no resultó de mucha ayuda y, más tarde, la Segunda Guerra Mundial hizo disminuir aun más el número de cervecerías. En 1946, Bélgica sólo contaba con 755 establecimientos cerveceros.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el número de cervecerías volvió a disminuir. Las pequeñas desaparecieron o fueron adquiridas por las grandes. En 1983, sólo 134 cervecerías seguían funcionando. Hoy en día, existen dos tendencias en materia de producción cervecera: a nivel mundial, fusiones importantes entre grupos cerveceros; a nivel regional, el renacimiento de pequeñas y medianas cervecerías que elaboran productos variados y de calidad relacionados con la región. Actualmente, existe un centenar de cervecerías en Bélgica que proponen unos 500 productos diferentes.

En el siglo XIX llegaron a registrarse más de mil novecientos establecimientos en todo Estados Unidos pero en 1919 debido a la prohibición alcohólica (Ley Seca) la producción de cerveza tuvo un duro golpe y solo fue restablecida en 1933.

Si concebimos la chicha como una forma de cerveza, los suramericanos la descubrieron hace cerca de 2.000 años.


 Arriba