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Diez consejos para cultivadores

1. Divide y conquista.

Una cosa que probablemente descubrirás, si ya no lo has hecho, es que tus lúpulos se expandirán. Crecen a partir de un rizoma, estirándose horizontalmente justo por debajo de la superficie de la tierra, enviando raíces hacia abajo y brotes hacia arriba.

Tengo una “parcela” de Cascade, la cual planté hace cinco años (rizomas de 7,5-10 cm. [3-4 pulgadas] en un  triángulo de 31 cm. de lado), que ahora surgen en un círculo en vez de hacerlo en 2,5 metros (8 pies) de manera transversal. Y he cortado los rizomas dos veces. Mi hermano tiene algunos y mi vecino también. Guío unos 15 brotes por mi sistema de armazón y corto el resto.     

Los lúpulos necesitan ser divididos sólo para que sigan siendo manejables, de modo que en el otoño advierto cuáles plantas se están poniendo tupidas y muy extendidas. En la primavera (tan pronto como la tierra se pueda trabajar) desentierro los rizomas y los corto en partes más pequeñas.}

Me gusta replantar no más que partes de 10 a 15 cm. (4 a 6 pulgadas). Puedes esperar cerca de un 75 % de cortes saludables para echar raíces, de acuerdo a mi experiencia.  

2. Fertilizante y mantillo [mulch] (*).

Los lúpulos, como todas las plantas, necesitan nutrientes. La correcta mezcla de nutrientes en la tierra es necesaria antes de plantar, y estos mismos nutrientes deben ser periódicamente reemplazados o suplementados durante la temporada de crecimiento mientras las plantas se alimentan. 

El nitrógeno, el fósforo y el potasio, por supuesto, pero otros oligoelementos tales como el boro, hierro y manganeso, son necesarios para el desarrollo y la resistencia a las enfermedades.

Siempre he encontrado la mejor fuente de todos estos nutrientes por ser abonos orgánicos. He usado abono de oveja, caballo, gallina y vaca, pero últimamente he preferido abono de conejo. Si no tienes conejos en tu casa (como yo sí los tengo), es difícil de conseguir. De modo que utiliza lo que tengas. Pero además, presta atención a lo que tus plantas te están diciendo. Si están creciendo bien, lo estás haciendo correctamente. Si no están creciendo bien, o si muestran signos de enfermedad, necesitas algo más.

(*) El “mulch” es un tipo de cobertura. Usualmente se coloca alrededor de la planta con el fin de preservar la humedad del suelo y mantener su temperatura, puede ser orgánico (materia vegetal recién cortado) o inorgánico (papeles o hasta residuos de plástico).

3. Mejora tu sistema de armazón.

El primer año colocas estacas de 3 metros (10 pies) con cordel para embalar desde lo alto hasta el suelo, y tus lúpulos durante ese primer año crecen 1,80 a 2,10 metros (6 a 7 pies) de alto. Este año, si la naturaleza es benigna, pueden crecer el doble de eso. Necesitas repensar tu sistema de soporte, especialmente debido a que es probable que también haya más brotes individuales para guiar este año.   

He ido más y más con una formación expandida, con dos o tres postes de 6 metros (20 pies) fijados firmemente en el suelo, separados por casi 1,5 metros (5 pies). Cada poste tiene una línea de cuerdas duras desde la parte superior al centro de las parras y guío tres brotes por cuerda.

Le da amplitud de espacio para las parras que están creciendo y abundancia de luz y aire para el desarrollo de los conos de lúpulo. Además reduce el moho debido a que las plantas se secan mejor entre lluvias.

Recomiendo enérgicamente el uso de cuerdas en lugar de enrejado de madera o algo similar, sino únicamente, debido a que hace que la recolección sea mucho más fácil.

4. Malezas y pestes.

No desmalezo de manera exagerada mis plantas de lúpulo. Una cierta cantidad de cobertura del suelo, ya sea pasto o alguna planta nativa, mantiene la humedad de la tierra y ayuda a retener nutrientes. Ten cuidado de no dejar que nada crezca lo suficientemente alto como para ahogar a las parras o mantenerlas mojadas en la base, aunque unos pocos centímetros no es problema.

Durante los primeros dos años del crecimiento de una parra, probablemente es una buena idea minimizar la competencia con otras plantas. Así que retira las zarzamoras y plantas de álamo, y realiza una buena cobertura (recortes de césped, paja, compuestos de hojas) hasta que las plantas estén bien establecidas.

Las peores pestes que he encontrado, y aún no he tenido problemas (toco madera), han sido los áfidos y los escarabajos japoneses. Mi cosecha competa de Willamette fue borrada por completo en una semana por los escarabajos japoneses un par de años atrás, y tuve una o dos plantas severamente dañadas por áfidos en un año particularmente seco.

Para los escarabajos simplemente instalé una de esas trampas para escarabajos que se publicitan en todos los catálogos de implementos para jardinería. Una trampa para cada planta. Para los áfidos me quebré y gasté el dinero en mariquitas (vaquitas de San Antonio). Por supuesto, ahora tengo un sorprendente número de mariquitas que pasan el invierno entre los contraventanas del comedor, pero vale la pena cuando bebo mi cerveza elaborada en casa, cervezas cultivadas en casa. Y es organico.

5. Agua, agua por todos lados.

La moderación en todas las cosas, como dijo un hombre. He descubierto que puedes fácilmente regar demasiado tus lúpulos como así también regarlos de manera insuficiente. Necesitan un balance. Mantén el suelo húmedo pero no cenagoso. En la primavera, cuando las cosas se descongelan, por lo general no riego en absoluto, en especial las plantas ya establecidas. Las plantas recientes, cortes y trasplantes, necesitan ser regadas si la primavera es del todo seca.

Cuando viene el calor, el tiempo seco de julio, sin embargo, controlo los lúpulos diariamente y por lo general termino regándolos tres o cuatro veces por semana, dependiendo del clima. Obviamente, esto variará de acuerdo a tu región. Mantén el suelo relativamente húmedo, pero especialmente no dejes que se endurezca o se seque. Si tus parras se marchitan o empiezan a ponerse amarillas, probablemente no han sido regadas lo suficiente.  

6. Marchitamiento y moho.

El marchitamiento y las hojas amarillentas pueden ser el signo de poco riego, pero también puede indicar un riego excesivo, enfermedad, deficiencia de nutrientes minerales o condiciones evidentes de pobre crecimiento. A veces las hojas tienen una capa de polvo blanca o marrón, un tipo de moho que causa daño a las plantas. Cuando esto ocurre, quito las hojas afectadas (siendo cuidadoso de no dejarlas como compuesto o como mantillo = mulch) y controlo el riego y el fertilizante.  

Muchos cultivadores automáticamente quitan las hojas de las parras, desde el suelo hasta 0,80 ó 1,20 metros (3 ó 4 pies) para prevenir que la excesiva humedad del suelo las dañe. Esta práctica es una medida de protección fácil y efectiva.

7. Cuándo recogerlos.

Más que cualquier otra cosa, elegir el momento correcto (o encontrar el tiempo cuando el momento es correcto) para recoger los lúpulos, puede ser la parte más delicada del cultivo. Demasiado temprano y tus conos no están maduros, no desarrollados de manera plena, y sin mucho uso. Demasiado tarde y los conos pueden haber comenzado a ponerse marrones, secos, a volverse rancios.

¿Y cuándo es el momento correcto? Los conos deben estar plenamente desarrollados, verdes, pero comenzando a ponerse como el papel y amarillos solamente sobre los bordes. Debes ser capaz de romper limpiamente un cono por la mitad apenas doblándolo. Debería haber lupulina (un polvo resinoso, amarillento) alrededor de la base del cono. Y debería oler como los lúpulos. Si puedes oler lúpulos desde un metro de distancia, probablemente están maduros.   

8. Cómo recogerlos.

Elige un día seco, no demasiado ventoso, cuando tengas algunas horas. Extiende una lona amplia, limpia, sobre el suelo cerca de las parras y toma un par de tijeras fuertes de jardín. Corta la parra de lúpulos a casi 60 cm de alto, tira hacia arriba los postes del armazón y extiende las parras sobre la lona. Es mucho más fácil recoger los conos sobre el suelo que desde una escalera y más de una persona puede trabajar sobre ellos a la vez.

Arranca suavemente los conos de la parra, teniendo cuidado de no aplastarlos o despedazarlo. La lona los mantendrá sin que estén en contacto con el polvo o la humedad y te permitirá disponer de las parras y las hojas convenientemente. Pon los conos en una bolsa de papel limpia para transportarlos a tu sector de secado. Esto los protegerá de la luz y el viento durante el tránsito.

9. Secado y envasado.

No cometas el error que cometí el primer año y no envuelvas tus lúpulos cuando aún están demasiado húmedos. ¡No hay nada como los lúpulos mohosos, con olor a queso en tu pale ale!

El método más efectivo de secado que he descubierto emplea un viejo tejido de una puerta corrediza, de 2,13 metros de alto (7 pies) por 0,90 metro (3 pies) de ancho. En tu ático, establo o garaje pon el tejido sobre un par de caballetes. Luego esparce los lúpulos tan ligeramente como sea posible sobre el tejido. Es importante hacer esto a cubierto, ya que los lúpulos son muy sensibles. El viento los dispersa y hace un lío, el polvo los hace tener gusto a suciedad.

Remuévelos unas pocas veces al día, permitiendo que los lúpulos de abajo puedan exponerse. Todos los lúpulos deberían secarse en tres o cuatro días. Si estás apurado, pueden secarse usando un deshidratador u hornearlos lentamente en un horno templado (a no más de 65ºC [150ºF] o los dejarás crujientes y sin utilidad).

Cuando están como el papel y secos al tocarlos, envasa los lúpulos en bolsas plásticas con cierre zipper para freezer. Pésalos, rotúlalos (¡también con la fecha!), y sácales el aire tanto como sea posible, luego almacénalos en el freezer hasta que sean necesarios.

10. Poner las plantas a descansar.

Al final de la temporada de crecimiento, necesitas preparar tus lúpulos para el invierno. Cuando recojo los conos, dejo las parras a 60 ó 90 cms. (2 ó 3 pies) de alto. Quedarán unas pocas hojas, de modo que la planta continúa creciendo durante unas semanas, poniendo algo de energía en el sistema de raíces. 

Luego de la primer helada, corta las parras a casi 5 cms. (2 pulgadas). Fertilízalas y cúbrelas con una pila gruesa de mantillo (mulch). Y luego descansa durante el invierno. Periódicamente vierto sedimentos de fermentación sobre ellos como nutrientes durante el invierno, pero por lo demás casi me olvido de su presencia.  . Autor: Scott Russell
Edición: marzo de 1997
Fecha Online: lunes 2 de julio de 2001
Traducción: Javier Dicósimo
http://www.byo.com/stories/article/indices/37-hops/13-10-tips-for-hop-growers

 


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